El Himno
Música: León J. Simar
Letra: Diego Roldán Luna
Intérprete: Unibanda y Coro del Taller de Ópera de la Universidad del Valle.
Coro
Con ardiente y vibrante voz
entonemos un himno glorioso
a la fuente feraz de sapiencia y amor
donde brilla triunfal la verdad.
Levantemos la frente orgullosos,
y en común alegría y unión, nuestra
Universidad del Valle, exaltemos con emoción.
Estrofa 1
Noble misión a sus claustros grandeza imprime
y del saber a la cumbre aspira llegar
guía de la comunidad, a sus hijos
modela y templa en el amor al bien
al deber, la justicia y la fe.
Coro
Estrofa 2
Es manantial de vigor y progreso patrios
y es su ideal educar , crear y servir
gloria de la Universidad es cumplir
tan sublime anhelo y el porvenir forjar
por las sendas de la libertad.
Breve historia del Himno de la Universidad del Valle
Por Diego Roldán Luna
A principios del año 1967, la Rectoría de la Universidad del Valle organizó una especie de concurso interno, cuyo objetivo era la composición del himno de la Universidad del Valle.
En ese entonces, el Maestro León J. Simar, insigne músico Belga, y además Ingeniero Acústico, fungía como Director del Departamento de Música, sección ésta adscrita a la Facultad de Humanidades.
En su calidad de músico y profesor de la Universidad, al profesor Simar se le pidió realizar la composición de la música del himno, labor a la cual accedió con mucho entusiasmo. El concurso interno, entonces, se promovió alrededor del poema o letra correspondiente.
De todas maneras, antes de concluir totalmente la estructura melódica de la obra, el Maestro Simar debió esperar al resultado del concurso, para así poder finiquitar coherentemente la composición musical.
La respuesta al concurso no fue muy nutrida. Se presentaron unos tres o cuatro textos bajo seudónimo, entre ellos incluido el enviado por el profesor Diego Roldán Luna, entonces Coordinador del Programa de Estudios Básicos de la Universidad. Se creó un comité evaluador formado, entre otras personas, por el Dr. Óscar Gerardo Ramos Gómez, la profesora de Literatura, María Cristina Caicedo y el profesor de Ciencias, Ángel Zapata. El concurso se declaró desierto, pues seguramente no llenó las expectativas del Jurado, aunque uno de los textos, el del Profesor Roldán, enviado bajo el seudónimo de “Entusiasta”, recibió algunos pocos buenos comentarios.
La Rectoría y Secretaría de la Universidad, frente al deseo de crear, de todas maneras, un símbolo de este tipo para la institución, sugirió al Profesor Roldán ponerse de acuerdo con el profesor Simar y adaptar rítmicamente a la melodía, que en ese momento ya este último tenía esbozada, algunas frases del texto.
Es así como finalmente, por Resolución del Consejo Superior de la Universidad, se institucionaliza, en ese año, el actual Himno de la Universidad.