¿Sabías que 8 de cada 10 horas de trabajo de cuidado no remunerado son aportadas por mujeres? Este y otros datos fueron socializados el pasado 24 de marzo en el Auditorio Ives Chatain de la Universidad del Valle, como parte del estudio de la oferta y demanda de cuidado en Cali.
La investigación realizada por el Centro de Investigaciones y Estudios de Género, Mujer y Sociedad -CIEGMS de la Universidad del Valle, en alianza con la Secretaría de Desarrollo Social de la Alcaldía de Cali, corresponde a la etapa diagnóstica del Sistema Distrital de Cuidado, iniciativa que busca fortalecer la oferta de servicios de cuidado en Cali, así como reducir las brechas de género, contribuir a la igualdad de oportunidades y garantizar el el bienestar cotidiano de quienes ejercen trabajo de cuidado remunerado y no remunerado, al igual el de la población dependiente de cuidados.
Al encuentro de socialización asistieron organizaciones de mujeres, cuidadoras remuneradas y no remuneradas, así como estudiantes y personas interesadas en la reivindicación de las tareas de cuidado como pilares de la vida diaria.
“Esta es una investigación que pone sobre la mesa esas desigualdades que históricamente han cargado las mujeres y que coloca al cuidado como un factor de desigualdad social y de género. Para la Alcaldía de Cali el paso ahora es tomar los resultados y definir las intervenciones a realizar para brindar muchas más oportunidades no solamente para las personas que requieren cuidado, sino para bien para las cuidadoras en cuestiones de ascenso social”, explicó la coordinadora de la Subsecretaría de Género de la Alcaldía de Cali Mariela López.
La profesora Jeanny Posso, docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas e integrante del CIEGMS, enfatizó en el beneficio de las poblaciones de cuidadores y de personas con requerimientos de cuidado. “La oferta y la demanda de cuidado son temas cada vez más importantes en la estructura social y en la forma en que nos relacionamos en la sociedad. Mecanismos como el que saldrá de esta línea base que fue la investigación, benefician principalmente a las mujeres, pues son ellas las que históricamente han desarrollado actividades de trabajo en su entorno familiar, social y comunitario”, apuntó.
El estudio se realizó mediante una encuesta a 1525 hogares de la ciudad. En él se identificó que las mujeres dedican en promedio 7 horas y 50 minutos al día al trabajo de cuidado, mientras que los hombres dedican solo 3 horas. Además, se encontró que las mujeres racializadas dedican aún más tiempo al cuidado, con un promedio de 9 horas diarias.
La diferencia, de acuerdo con los hallazgos del equipo de docentes de la Universidad del Valle, se debe a las desventajas materiales que las mujeres enfrentan en su vida diaria. “La disparidad está relacionada con la falta de elementos materiales de apoyo, llámese una lavadora, un refrigerador la una lavadora, llámese un refrigerador, o incluso alguien con quién compartir las actividades en casa. Esto implica que las mujeres en mayor desventaja social requieren invertir más horas de tiempo para el trabajo de cuidado” comunicó la profesora Rosa Emilia Bermúdez, parte del equipo del CIEGMS.
La investigación también encontró que las mujeres en las zonas más desfavorecidas de la ciudad dedican más tiempo al cuidado que las mujeres en zonas más prósperas.
“En cuanto al análisis por territorios, se detectó que las zonas de oriente y ladera son las dos áreas con mayores desventajas. Las mujeres que viven en zona de ladera dedican más tiempo que las mujeres del oriente y, en menor medida, las mujeres del corredor centro norte, con posibilidades de estratificación más convenientes para el desarrollo de trabajos de cuidado”, complementó la docente.
Los resultados también revelaron que los hogares con niños menores de cinco años, personas con discapacidades y adultos mayores son los que más tiempo de cuidado requieren, lo que hace que las tareas sean aún más exigentes para las mujeres.
En ese sentido, el CIEGMS planteó un esquema de desafíos resumidos en tres R: la primera enfocada en Reconocer y visibilizar el trabajo de cuidado, que a menudo es invisible y no se reconoce como un trabajo valioso. La segunda es la Redistribución del trabajo de cuidado, de modo que no recaiga exclusivamente en las mujeres. Y la tercera es la necesidad de Reducir el tiempo total que se dedica a las tareas de cuidado a través de elementos que faciliten su realización.
Además de las tres R planteadas desde los hallazgos de la investigación, el Sistema Distrital de Cuidado plantea 2 más: Recompensar, referido a la creación de condiciones de trabajo decente, salarios dignos y entornos seguros para las y los trabajadores de cuidado remunerado. Finalmente, la R enfocada en Representar, dirigida a garantizar la representación plena y efectiva de las trabajadoras de cuidado en todos los niveles de decisión política.
Con su aporte desde diferentes etapas a la formulación de políticas públicas, la Universidad del Valle reitera el compromiso social expresado en su lema y se une a la pugna por la igualdad de oportunidades para las mujeres y por la valoración del trabajo de cuidados en término económico y social para lograr una sociedad más justa y equitativa.