“La economía no es solamente un gesto técnico, también es un gesto moral. Uno compra, vende y produce para tener relaciones sociales con otras personas; en primer lugar con la familia y con los parientes”, afirmó el profesor del Departamento de Economía Pedro Quintín Quilez durante la presentación de su libro 'El ahorro y la herencia, la economía del vínculo social', resultado del año sabático otorgado por la Universidad del Valle a sus docentes.
¿Cuáles son los conflictos en el seno del hogar entre un razonamiento de orden técnico, como pensar en llevar la economía adelante, y las tensiones de los vínculos entre las personas? Fue la pregunta que llevó al profesor a realizar en la última década las tres investigaciones de cuyos resultados parciales da cuenta este texto. En dichos estudios revisó lo que decían los habitantes de un sector popular de Cali, los especialistas y la literatura de ficción -específicamente algunas novelas del género de detectives- sobre el tema del ahorro y la herencia como elementos fundamentales de la economía.
“El objetivo era responder a una inquietud que surgió cuando estaba terminando una investigación anterior y leí la obra de teatro de Bertolt Brecht ‘Madre Coraje y sus hijos’, en la que se plasma una tensión entre el razonamiento técnico y los vínculos que tiene la madre”, indica el investigador.
En la obra de Brecht, la Madre Coraje sale a vender mercancía a los soldados en su carromoto en medio de los desastres de la guerra. Sin embargo, en ese mismo contexto pierde a sus propios hijos: uno por cobarde, otro por valiente y una hija que se sacrifica por salvar al pueblo en medio del conflicto.
Según el profesor Quintín, en una definición básica, propia de la sociología más clásica, la economía es un acto que tiene connotaciones morales, en el que está implícito una valoración de las relaciones que deben ser priorizadas o tratadas de mejorar. “En esto hay una larga tradición también dentro de la economía, en autores como McCloskey, o de la sociología como Viviana Zelizer que exponen el peso de los argumentos morales en los relacionamientos y las conversaciones como elementos fundamentales de la vida económica”, indicó el profesor del Departamento de Economía.
La primera parte de este libro reúne declaraciones de residentes de la ladera de Cali, un sector de bajos ingresos de la ciudad en el que se hicieron entrevistas para ver cómo la gente razonaba sobre el ahorro y la herencia . “No se ahorra porque sí, sino que ‘se ahorra para’, y ese ‘para’ implica algún tipo de vínculo social”, concluye el investigador.
Entre los ejemplos citados en esta parte del texto está el sistema de las cadenas de ahorro, una asociación de crédito rotativo común en la ciudad. “Este método implica movilizar relaciones sociales entre compañeros de trabajo, vecinos y parientes, más o menos cercanos o lejanos para ahorrar entre todos. De nuevo, las relaciones sociales aparecen allí como objetivos”, indica el profesor Quintín.
En la segunda parte del libro hay una revisión de las voces de los expertos que hablan en la prensa y en los medios escritos sobre la forma de actuar económicamente.
“Analizamos dos cosas: por un lado, los consejos que se dan sobre la forma de administrar la economía, hacer prosperar los negocios y llevar adelante unas finanzas sanas, en los que se insiste sobre todo en la dimensión técnica. Pero hacemos una crítica y es que detrás de esta técnica no hay valoraciones morales. Intentamos desbaratar la idea de que basta con que la gente aprenda a manejar técnicamente sus finanzas para que estas vayan bien”, afirma el profesor del Departamento de Economía.
Para el sociólogo Emile Durkheim, uno de los fundadores de la sociología moderna, la herencia instaura un régimen de desigualdad social que no es propicio para la sociedad. En la segunda parte del libro 'El ahorro y la herencia, la economía del vínculo social' se hace un análisis de esta propuesta de Durkheim. “Durkheim, que en su propuesta teórica buscaba ofrecer soluciones al mundo social, planteó la necesidad de terminar con la herencia porque en una sociedad moderna ésta pone en desigualdad de condiciones a los participantes en el comercio, en el mercado y en el mercado de trabajo, entre otros”. En el libro del profesor Quintín, se analiza este caso dentro de los discursos de los especialistas, destacando que aquí se presenta como un actor que quiere incidir en el mundo social a partir de una propuesta de orientación política.
La última parte del texto está dedicada al análisis del ahorro y la herencia en las novelas de detectives, en las que el dinero de una herencia es un tema común.
“Las tres grandes causas de los crímenes en las novelas de detectives son el sexo, la venganza o el dinero. Entonces revisamos qué tipo de vínculos son destacados por los autores en esas novelas. En dichas historias el derecho a la herencia no lo tiene el heredero legítimo sino el que establece la ley, aquel que se la merece por lo que ha hecho en vida”, afirma el profesor Quintín.
En este trabajo se analizan tres novelas en las que unos personajes piensan distribuir sus riquezas, mientras que a su alrededor se orquestan estrategias para apropiarse de estos, incluso hasta llegar a crímenes de sangre en el seno de la familia.
Finalmente, el libro cierra con el análisis de una novela del escritor francés de origen italiano Tonino Benacquista. “En una especie de memorias, el autor explica cómo en su novela se sitúa en los vínculos familiares en los que está inserto, a partir de los vínculos del personaje, qué en realidad es él mismo”, agrega el investigador.
Finalmente, el profesor Pedro Quintín define todo este trabajo como un grupo de fichas para armar un puzzle mayor.