El miércoles en la tarde, el auditorio Diego Delgadillo de la Universidad del Valle, sede San Fernando, fue el escenario de la presentación de dos libros del Instituto de Prospectiva, Innovación y Gestión del Conocimiento de la Facultad de Ciencias de la Administración.
El primero, “El desarrollo regional como referente en el diseño e implementación de políticas públicas de promoción de paz”, del profesor Édgar Varela Barrios, plantea como eje que las regiones sean analizadas como un componente central para poder construir políticas públicas de paz en el posconflicto.
Un segundo libro, “Desafíos para la transformación productiva y educativa. Hacia una sociedad y una economía del conocimiento”, del también profesor, Javier Medina Vásquez, señala de vital importancia la equidad y la calidad en el acceso a la educación como uno de los grandes desafíos de Colombia tras un acuerdo de paz.
Las obras de Varela, director del Instituto de Prospectiva, Innovación y Gestión del Conocimiento de la Universidad del Valle, como de Medina, están en sintonía con los tiempos cambiantes que plantea unas negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC en La Habana, diálogos en riesgo por el actual rompimiento de la tregua del grupo insurgente.
Varela puso como ejemplo de su teoría sobre la necesidad de analizar las regiones para el posconflicto, el caso del Macizo colombiano y del Alto Patía.
Según el investigador, en las últimas dos décadas en esa zona las comunidades étnicas, campesinas y las asociaciones de municipios han emprendido laboratorios de paz, experiencias que han sido valoradas y reconocidas internacionalmente muy bien.
“Es importante tener en cuenta el punto de vista de las comunidades para construir paz”, precisó Varela ante el auditorio, agregando que hay muchas experiencias replicables en el país en las que se ha trabajado de la mano con la Unión Europea y la Universidad de los Andes.
Dijo que no son suficientemente valoradas las opiniones de las comunidades en los procesos de negociación y de diálogo, precisando “que (esos) procesos están demasiado centralizados entre los dos actores: guerrilla y gobierno”.
“En La Habana solo se considera el territorio en función de dónde relocalizar a los miembros de la guerrilla luego de la esperada desmovilización”, señaló, pero esa decisión la toma una comisión técnica conformada por efectivos de las FF.MM. y una subcomisión de la guerrilla.
Agregó que, “solo están viendo los teatros de acciones territoriales pero los temas propiamente sociales y políticos de la territorialidad no están suficientemente discutidos en el proceso de paz que se adelanta hoy”.
Aclaró, sin embargo, que “en las zonas que el Gobierno llama de consolidación territorial ha habido iniciativas de las autoridades locales en intervenir y construir formas de negociabilidad, incluso para garantizar políticas públicas como la Ley de Víctimas, el retorno de los desplazados, la sustitución de cultivos, entre otras”.
Por su parte, Medina Vásquez centró su charla en los desafíos que tiene el país en materia educativa y económica en el posconflicto, y señaló como uno de los puntos clave la equidad en el acceso, la calidad y en las formas asociativas inherentes a la educación.
“Es decir –dijo- hay que reducir la asimetría entre la mejor y la peor educación, incluso a lo largo de la vida de toda la gente, y en el cambio de las condiciones institucionales que inhiben que esta cantidad de gente esté en la educación de una manera óptima”.
Condicionó este paso a otro muy importante: la conexión de la educación con la dinámica productiva. ¿Cómo? “Invirtiendo un poco la lógica: No es que la gente vaya a la universidad, es que la universidad vaya a la gente; no es que la gente se acomode a las carreras que ofrece la universidad, es que esta ofrezca las carreras según las perspectivas de la gente”.
Medina señaló de importancia la comprensión territorial de las dinámicas educativas y las necesidades de la gente.
“Se requiere –dijo- innovación social, institucional, cognitiva. Se necesitan nuevas estructuras cognitivas y mentales porque no es simplemente aumentar cupos y que la gente se venga a estudiar a Cali. Hay que pensar en forma inversa, hay que ofrecer otros niveles de formación”.
Y en ese sentido, Medina dijo que Santander de Quilichao, como núcleo poblacional, y la sede regional de la Universidad del Valle en ese municipio caucano, jugarán un papel importante en esa zona durante el posconflicto.
“Eso va ser determinante”, dijo Medina. En el posconflicto vamos a tener “que hablar de etno-educación. Por qué no –se preguntó- una educación en la lengua y los principios de los indígenas. Por qué los indígenas tienen que estudiar lo que nosotros queremos que estudien”.
“No es que haya que correizarse (refiriéndose a Rafael Correa, presidente de Ecuador), pero sí interpretar las necesidades de la población. Te doy un ejemplo: necesitamos nuevas ofertas. Hay que pensar, por ejemplo, en las necesidades de la gente del Macizo colombiano”.
“En el Macizo colombiano –dijo Medina- en la medida que es una fábrica natural de agua, la gente debería especializarse en la conservación del recurso y su proyección, lo mismo que en la conservación de los ecosistemas”.
“Tenemos que hacer que las capacidades de la gente estén a la altura del desafío”, precisó el economista. “No es una queja. Todas las marcas en el atletismo suben constantemente, ¿por qué no los niveles educativos?”.
En lo técnico, también habló de la necesidad de pensar mejor la formación para el trabajo. “El rol del Sena es un rol importante, pero el rol técnico para la formación en esas zonas de conflicto no puede ser ofrecerles carreras convencionales. Tiene que haber un reconocimiento real de las necesidades”.
Así mismo, disertó sobre la importancia de retomar el tema de las vocaciones naturales en el Pacífico colombiano: “Tenemos que hacer allí una recuperación de todo lo que es agro, agroindustrial, agropecuario, bioindustrial y bio-economía. Hay que volverlo a pensar. Existió. Todo eso se fue desmantelando con el tiempo: ICA, Corpoica, el Sena y las universidades tuvieron una función importante. Hoy hay que volver”.
Finalmente, Medina insistió en la necesidad de repensar la educación para el posconflicto. “Sí, hay esa necesidad, pero en una dimensión global, teniendo en cuenta las realidades globales de las comunidades”, concluyó.
Pie de foto: De izquierda a derecha: Edgar Varela Barrios y Javiern Medina Sánchez