Medio Ambiente

“El Papa le dio la razón a los ambientalistas”

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Martes, 07 Julio 2015
Agencia de Noticias Univalle

Nunca antes en la historia una encíclica papal acaparó tanta atención y generó tanta controversia en el campo político y económico antes de su publicación como el desatado por el “Laudato si” (“Alabado seas”) del Papa Francisco, más conocido como la “encíclica verde”.

El nombre de la encíclica se refiere a la frase inicial del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís, nombre que eligió Jorge Mario Bergoglio al ser elegido Pontífice. El documento de 191 páginas (ver link), recoge las preocupaciones del papa Francisco sobre cambio climático y sus repercusiones entre los más pobres.

Según declaró el prestigioso economista norteamericano Jeffrey Sachs, director del Earth Institute de la Universidad de Columbia, la encíclica del Papa es un llamado claro a un propósito moral y a la acción para que la economía mundial sea segura: segura para los marginados, para la Tierra, para las generaciones futuras.

Sachs advierte que el principal obstáculo es lo que el Papa ha llamado la "globalización de la indiferencia". De hecho, el aspirante a presidente Republicano (y católico) Jeb Bush, en Estados Unidos, ha manifestado sobre la encíclica: “No me dejaré dictar la política económica por mis obispos, mis cardenales o mi Papa”.

Para pensadores de todas las orillas, el “Laudato si” supone una auténtica declaración de guerra a las grandes compañías y a los gobernantes de los países más poderosos que, según Francisco, han contribuido al cambio climático y a la pobreza por “el uso desproporcionado de los recursos naturales”, por lo que propone un cambio radical de estilo de vida para evitar que la Tierra se siga convirtiendo “cada vez más en un inmenso depósito de porquería”.

Según el Papa, el calentamiento originado por “el enorme consumo de algunos países ricos tiene repercusiones en los lugares más pobres de la Tierra, especialmente en África, donde el aumento de la temperatura unido a la sequía hace estragos en el rendimiento de los cultivos”, de ahí que señale muy claramente la responsabilidad del actual sistema económico mundial.

Debido al impacto que ha generado el documento en diversas partes del mundo, incluso al interior de organizaciones ambientales y del pensamiento, la Agencia de Noticias de la Universidad del Valle quiso consultar la opinión de un experto en el tema con el objeto de reflexionar acerca de su importancia en Colombia ahora que se habla de las locomotoras del desarrollo y de que Francisco anda de periplo por su continente.

Mario Alejandro Pérez Rincón es profesor titular del Instituto Cinara de la Universidad del Valle, uno de los más importantes en investigación sobre el recurso agua en el mundo. Pérez es experto en economía ambiental y editor, en coautoría, de varios libros y documentos relacionados con el manejo del agua y el cambio climático.

La encíclica papal, ¿qué tan novedosa es?

Bueno, es interesante y pertinente en términos ambientales. Recoge muchos planteamientos que veníamos haciendo los ambientalistas en el mundo y Colombia sobre nuestras preocupaciones del modelo de desarrollo económico y sus impactos ambientales. El modelo actual es un modelo donde el crecimiento económico y del consumo es su norte, partiendo de la premisa de que no hay restricciones ni límites a ese crecimiento económico, y resulta que el planeta sí tiene un límite.

¿Los ecosistemas del planeta en realidad son uno solo?

Así es. Si deterioramos los ecosistemas estos dejan de proveernos los recursos; entonces es un llamado muy interesante a la reflexión y la acción, porque no nos podemos quedar en la reflexión sin pasar a las acciones para cambiar el paradigma.

También habla el Papa de la deuda ecológica….

Ese es otro elemento importante que menciona el Papa en su encíclica y que los académicos y ambientalistas veníamos diciendo. La deuda ecológica, los patrones de consumo, del decrecimiento económico, los excesos de consumo, del cambio de paradigma de una sociedad consumista a una sociedad menos consumista y con otros nortes en su vida, eso se venía señalando hace mucho tiempo.

O sea, el tema en realidad ya estaba allí, no es novedoso

En ese sentido, no. Lo que sí es novedoso es que la iglesia lo plantee, y para los académicos, políticos y pensadores que venían preocupados por estos temas pues encuentran un importante respaldo en las palabras del Papa; recoge muy bien, y de manera interesante, lo que veníamos planteando. En ese sentido nos sentimos muy satisfechos porque contribuye al debate en la academia, la política, las universidades y nos ayuda a enriquecer este aspecto, no solo en términos académicos sino en términos de acción.

Critican al Papa por no tener bases científicas para afirmar lo que afirma

Es un error. El Papa no escribió esto solo. Lo hace con el apoyo de grupos de especialistas. Recordemos que la estructura  de la iglesia católica va desde Roma a cada uno de los pueblecitos donde hay presencia católica en el mundo, y buena parte de las referencias que utiliza son referencias de eventos, congresos y actividades que ha desarrollado la iglesia en diferentes países. La encíclica, digamos, recoge lo que la gente y los curas están viendo en nuestras localidades. Pero por otro lado, hay que recordar que la iglesia católica tiene una estructura de universidades por todo el mundo que son serias, y por otro lado los que contribuyeron a escribir esta encíclica pues recogen obviamente muchos de los documentos académicos.

¿O sea, el peligro existe?

Yo les pregunto a quienes critican al Papa por esta encíclica: por qué no nos demuestren las evidencias de lo contrario. Que nos demuestren que no estamos corriendo un peligro grande de continuar con este paradigma basado en el consumo y el crecimiento económico sin límites; yo creo que la encíclica papal está muy bien fundamentada; recoge, no solo lo que están diciendo diferentes grupos de investigación, académicos y universidades, sino también las mismas bases de la iglesia a lo largo y ancho del planeta.

Ahora, fácil es decir desaceleremos la economía ¿No estamos en un meollo?

El tema del decrecimiento es complejo porque resulta que en las sociedades el paradigma se mueve en sus mismas lógicas. En sociedades pobres o en desarrollo como las de América Latina hacer una propuesta de estas no tendría un eco porque los niveles de pobreza son muy grandes; lo que quiero decir es que es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero lo más importante es que empiezan a aparecer propuestas, ya no solamente académicas sino de práctica real.

¿Cómo cuáles?

Ahí tenemos en España, por ejemplo, a “Podemos”, un movimiento relacionado con la propuesta del decrecimiento. Recordemos que “Podemos” resultó ganador en las últimas elecciones.

Y en Colombia, ¿qué efectos puede tener eso?

Aquí todos se quieren montar en el bus. Incluso el presidente Santos dijo: “Es lo que estamos haciendo nosotros”, pero resulta que son palabras huecas, palabras que caen en el vacío.

¿Por qué?

Por el modelo extractivista (minería, petróleo, carbón) que genera unos impactos ambientales muy grandes. Colombia hoy camina hacia la insostenibilidad con este modelo de desarrollo. No solamente insostenibilidad ambiental, también económica. Vemos como el boom de las commodities (materias primas) se ha caído. Realmente hay una crisis económica, no solo en Colombia, sino en América Latina. Se han revisado varias veces las tasas de crecimiento económico en muchos países; Colombia creo es la tercera o cuarta vez que la revisa.

La preocupación es, la encíclica arma alboroto en el gallinero pero no tiene efecto real

Particularmente soy pesimista de los efectos que pueda tener la encíclica, por lo menos en el corto plazo, hacia un cambio de paradigma, de modelo de desarrollo. Porque si digo, como el Presidente, que es lo que estamos haciendo, pues es absolutamente falso porque los impactos ambientales de ese modelo de desarrollo en Colombia son grandes.

El papel de la Universidad, ¿cuál ha sido?

Nosotros que trabajamos en estos temas, las universidades, recibimos muchas críticas por nuestra posición frente al modelo reprimarizador. Igual los movimientos sociales y las comunidades de base frente a la minería y los monocultivos. Esas posiciones de alguna manera ayudaron a frenar proyectos de desarrollo que atentaban contra el medio ambiente, pero también contribuyó a aglutinar a algunos medios de comunicación para hacernos ver a los movimientos ambientales como opositores al desarrollo.

¿Pero la encíclica les da la razón a ustedes?

Los editorialistas nos desacreditaron, y esta encíclica lo que hace es ayudarnos a mostrar que nosotros teníamos razón, que los movimientos sociales tienen razón. Ya no estamos solos, o tan solos; ya tenemos un buen aliado: el papa Francisco. No hablemos de toda la iglesia católica, pero sí de un ala interesante de la iglesia católica, y eso es un apoyo importante para los movimientos ambientales. Esperamos que contribuya a la acción y a la academia para que las universidades continúen trabajando en una agenda ambiental bien fuerte en sus campos universitarios.

¿La Universidad del Valle cuenta con esa agenda?

Sí, nosotros nos sentimos contentos con ese tema. Ya es un paso. En el nuevo Plan de Desarrollo de la Universidad del Valle se seleccionó como área estratégica el eje ambiental, y eso es muy importante. Antes no lo tenía. Lo más importante ahora es que eso se plasme en acciones, y para eso debe tener un eje. Venimos diciendo -quienes trabajamos en este eje ambiental- que para que eso se vuelva realidad debe haber un plan específico con acciones concretas respaldado por un presupuesto, y una instancia específica que sea la responsable de ejecutar ese plan de gestión ambiental dentro del campo en concordancia con la parte académica e investigativa que desarrolla la universidad en ese campo.

Dices que eres pesimista sobre los efectos de la encíclica. ¿Habrá que esperar un gran evento natural que nos haga reflexionar sobre este punto?

Al Papa le cuestionan esta encíclica porque no tienen evidencias científicas. La evidencia científica es cosa complicada en temas ambientales porque, por ejemplo, frente al cambio climático realmente hay una gran incertidumbre, incluso hasta en sus orígenes. Pero hay una incertidumbre en término de resultados ¿Qué significa que la tierra tenga dos grados más de temperatura? Hay cantidad de modelos que muestran cantidad de cosas, pero realmente son puras hipótesis, no hay evidencias a pesar de que el modelo sea amplio o desarrollado, el modelo no es la realidad, sobre todo en temas tan complejos como el medio ambiente.

Y entonces, ¿si son puras hipótesis porque tanto alboroto?

Porque no se sabe que va a pasar. Hay ignorancia científica por muchas cosas, hay incertidumbre, pero también hay un principio que es eje de la política ambiental, de cualquier política ambiental: la precaución. Como no sabemos qué pueda pasar pero los riegos que estamos asumiendo son muy grandes -de por medio estaría la civilización humana-, entonces es mejor prevenir que curar. El principio de precaución siempre es un elemento central. El Papa recoge realidades que están pasando. En estos temas es muy importante el llamado del Papa a reflexionar sobre el modelo de desarrollo que tenemos.

También habla de justicia ambiental ¿Qué es exactamente?

En el mundo hay un grupo que está trabajando un tema atractivo que es la justicia ambiental y los conflictos ambientales. La justicia ambiental es evidenciar que los impactos ambientales no son democráticos, afectan más a unos que a otros ¿A quiénes afecta más? A los pobres, a los grupos más vulnerables. En Colombia, a los afros y los indígenas. El Papa evidencia eso de entrada porque muchos de estos impactos ambientales afectan más a los pobres, y a este tipo de comunidades.

Y señala responsables…

Exacto, señala la inequidad entre países, entonces habla de la deuda ecológica y la deuda ambiental de la que, desde hace mucho tiempo, venimos insistiendo los académicos latinoamericanos. Tiene que ver también con los pasivos ambientales por parte de las empresas, sectores que generan muchos impactos ambientales y nunca los cubren, y trasladan a otros esos impactos ambientales para mantener su modelo de negocio. Entonces el Papa en ese sentido es otro baluarte para el tema de la equidad, no solo en términos de grupos sociales sino de países, donde muestra esa deuda ambiental que el norte le debe al sur por mantener ese modelo de desarrollo.

¿Casos concretos?

En el Valle del Cauca tenemos a los cañeros y en el país a la minería. Toda América Latina tiene su modelo extractivista para exportar al norte. La mayor parte de nuestro carbón con impactos ambientales grandísimos sobre los territorios donde se asienta la comunidad wayú va para alimentar la producción de Europa y Estados Unidos.

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