El desabastecimiento de agua y la sequía que padece Cali estaban anunciados. En cada ola de verano se discuten acciones a futuro para que esto no vuelva a suceder, pero los planes se disuelven ante el primer aguacero. Hoy volvemos a plantearnos: ¿Qué hacer para evitar el desabastecimiento?
Por Diego Alejandro Guerrero
Son muchas las razones que hoy permiten afirmar que están en peligro los recursos hídricos con los que Cali se abastece de agua. La ola de calor derivada del Fenómeno del Niño no es la única causante, también los afectan la proliferación de asentamientos humanos, deforestación, la disposición inadecuada de residuos sólidos y el vertimiento de aguas residuales domiciliarias e industriales a los ríos, entre otros factores.
Los ríos de ladera, Cali y Meléndez, abastecen lo que se llama la red alta del acueducto de Cali y el río Cauca abastece lo que se llama la red baja. Los ríos de ladera siempre han sido afectados por el verano, como ocurre con todo río, pero la disminución de caudal se ha acentuado por el deterioro de las cuencas, especialmente la deforestación y erosión.
Es normal que en verano se presente racionamiento de agua. Por eso, hace 20 años, EMCALI construyó la infraestructura para unir ambas redes de acueducto, de modo que cuando disminuyeran los caudales de los ríos de ladera, se pudiera entregar agua de la red baja a la alta para afrontar el racionamiento.
Pero en la actualidad, tanto el verano como el Fenómeno de El Niño han empeorado la situación. Los ríos de ladera se encuentran con muy poco caudal para abastecer la ciudad: no alcanzan a abastecer el 20% de la población que se encuentra en la red alta.
Es otra la situación de la red baja. El río Cauca tiene suficiente caudal para abastecer todo Cali. Cuando menos tiene agua, en verano, tiene 40 m3/s, de los cuales buena parte es el agua subterránea que drena por el río; se podría suponer que el caudal baje a 20 m3/s y aun así tiene el agua que la ciudad necesita. Cali necesita entre 7-8 m3/s. Siempre habrá agua suficiente para la ciudad.
Sin embargo, el problema del río Cauca es de calidad. En invierno, los sedimentos y palizadas llegan de las cuencas del norte del Cauca y sur del Valle, principalmente, y de la ciudad de Cali cuando comienzan las lluvias y se lavan los canales. En verano el problema es la contaminación del río Cauca antes de la bocatoma del acueducto: las aguas residuales de Cali –que se descargan 4 km antes de la bocatoma del acueducto- , la industria del norte del Cauca, los contaminantes de la industria del oro de Suárez y otras fuentes de contaminación. Según la CVC, aproximadamente la mitad de la contaminación del río Cauca proviene de Cali. Cuando hay sedimentos o contaminación en exceso en este río, las plantas (Cauca y Puerto Mallarino) no pueden tratarla y se debe suspender el bombeo.
Y todo esto, como afirma la profesora Inés Restrepo Tarquino, investigadora del Centro de Investigación para el Abastecimiento y Remoción de Aguas – CINARA de la Universidad del Valle, se veía venir.
“Esta sequía estaba anunciada. La ciudad tiene mala memoria: esta situación se ha presentado muchas veces en la ciudad. Siempre ha sucedido lo mismo, mucho alboroto, nada se hace y al primer aguacero todo se olvida. Llevamos 20 años, cada verano, discutiendo lo que se debe hacer y nada se hace”, sostiene.
“Esta misma situación de contaminación de su río principal la tuvieron ciudades europeas hace 50 años: ríos como el Sena o el Támesis completamente contaminados, peor que una alcantarilla, pero hubo la voluntad de rescatarlos; París y Londres no le dieron certificado de defunción a sus ríos y ahora ustedes los pueden ver como sitios de abastecimiento y recreación. Nosotros ni siquiera vemos nuestro hermoso río, el jarillón lo esconde”.
Como medida provisional para enfrentar el problema, EMCALI ha recurrido a los reservorios de agua, tratando de paliar los periodos de tiempo en los que hay que suspender la toma de agua del río Cauca, tanto en verano como en invierno. Pero la situación de calidad del agua del río Cauca se ha vuelto tan crítica que ya los periodos de peligro superan la capacidad del reservorio actual y se está construyendo otro.
“La solución óptima de largo plazo es la recuperación del río Cauca y si esto no ocurre por falta de voluntad política, requeriríamos la construcción de la tecnología que tuvo Europa a orillas de los ríos mientras los recuperaban, tecnología que está investigando el Grupo de Abastecimiento de Agua de Univalle/Cinara para el río Cauca. Es posible traer agua para toda Cali de muchas partes, como dicen EMCALI y la CVC, a unos costos supremamente elevados”.
Mientras no se tomen acciones para recuperar el río Cauca, Cali seguirá teniendo problemas de abastecimiento en la red baja cuando los sedimentos o la contaminación sean muy altos, en invierno y en verano, respectivamente. Si no funciona la infraestructura que unen las redes de la ciudad, seguirán los racionamientos en la red alta en periodos de verano, cuando los ríos de ladera presentan sus mínimos de caudal.
Mientras se implementan todos los planes y acciones para prevenir el desabastecimiento, los ciudadanos pueden hacer un uso racional del agua.
“Nosotros como ciudadanos podemos usar de mejor manera el agua: no lavar andenes, carros, pisos con agua del acueducto, ojalá se haga con agua reciclada, después del primer lavado, de la lavadora, por ejemplo. En lo posible instalar inodoros y grifos de bajo consumo; el inodoro de bajo consumo utiliza 4-6 litros de agua por descarga mientras que el inodoro viejo utiliza 15-18 litros por descarga y si le introducen al tanque una botella o un ladrillo usa 14-17 litros por descarga. Los inodoros y grifos de bajo consumo están al mismo precio que tenían los inodoros viejos cuando los compramos”, recomienda la profesora Inés Restrepo.
Y en toda esta coyuntura, las autoridades ambientales juegan un papel valioso, pues son las que pueden las que pueden realizar las mejores acciones de largo plazo: recuperar las cuencas de ladera, no para que abastezcan a la ciudad de Cali, sino para la recreación y servicios ambientales conexos que tienen los ríos; controlar las fuentes de contaminación del río Cauca empezando por el canal sur y apoyando a la Corporación Autónoma Regional del Cauca para la recuperación de las cuencas del norte de ese departamento; además de apoyar la investigación que hace la Universidad del Valle, en la tecnología que se requiere para tomar el agua junto al río, que puede abastecer toda la ciudad en invierno y en verano, a unos costos menores que los de traer el agua de Salvajina o construir presas en todos los ríos de ladera.
Entonces, con el compromiso de todos, las autoridades, empresas municipales, entidades y corporaciones las cuencas de los ríos podrán recuperarse y no morirán de sed. Aún es posible que en el futuro Cali vuelva a ser ese sueño atravesado por un río del que hablaba Eduardo Carranza.
Foto: Cortesía Casa Editorial El Tiempo