Prestigiosa revista brasilera publica investigación sobre empoderamiento de mujeres caleñas y políticas públicas
Un artículo titulado “Empoderamiento de mujeres de una ONG colombiana. Un estudio de caso simple” elaborado por los profesores Silvia Cristina Caicedo Muñoz y Leonardo Solarte-Pazos de la Facultad de Ciencias de la Administración fue publicado por la Revista Administração Pública de la Fundação Getulio Vargas de Brasil e impresa en Río de Janeiro.
El artículo de los profesores Caicedo Muñoz y Solarte-Pazos fue publicado en la edición número 49 de noviembre de 2015 de la revista, clasificada como Q3 en SCImago Journal & Country Rank al año 2014 que equivale a la categoría A1 en el Ranking de Colciencias.
El artículo reseña un estudio de caso aplicado por los docentes, a lo largo de varios años, sobre cómo un grupo de mujeres se empoderan, conforman una ONG y generan desarrollo en su comunidad.
Los hallazgos del estudio son un aporte a la comprensión del empoderamiento en organizaciones de mujeres que desarrollan políticas públicas sociales y sirve como parte del esfuerzo por identificar casos de ONGDs que se constituyan en referente para los procesos de implementación de las políticas públicas.
Según la profesora Silvia Caicedo, el estudio tuvo en cuenta variables de empoderamiento psicológico (EP), organizacional (EO) y comunitario (EC) (Zimmerman, 1995) y el ejercicio realizado en Cali por la Fundación Paz y Bien, una organización sin ánimo de lucro conformada en 1994, dirigida y constituida por una organización comunitaria de base de mujeres —Asociación Semilla de Mostaza— que se reúne desde 1987.
El grupo de mujeres ha estado acompañado por una religiosa franciscana y ha desarrollado acciones a lo largo de 27 años, con diferentes grupos etarios. Actualmente, su zona de impacto son las comunas 6, 13, 14, 15, 18 y 21 en la ciudad de Santiago de Cali, así como los municipios de Buenaventura, Palmira, Cartago y Pradera, y ha aumentado su grupo de mujeres empoderadas de siete a sesenta, quienes ejecutan las actividades de la ONGD. Se financia a través de la gestión de fondos nacionales e internacionales, y con recursos propios.
El modelo de intervención social por grupos etarios es reconocido a nivel nacional e internacional como un modelo novedoso de innovación social siendo objeto de investigación por académicos en Colombia, Canadá, Estados Unidos y países de Europa.
De acuerdo con el estudio, el proceso de empoderamiento de esta ONGD local empieza por la acción, se va consolidando con la transformación de las formas de percibirse y de ser mujeres en su realidad, y se refleja en los valores compartidos. Las mujeres empoderadas continúan generando procesos de empoderamiento en los grupos etarios en el marco de acciones consistentes entre “lo que dicen” y “perciben de sí mismas” como “mujeres de base empoderadas que trabajan por el bienestar de su comunidad”. Según el investigador Leonardo Solarte, el Self organizacional de la mujeres empoderadas que refiere a lo que son y dicen que son, también es consecuente con el self identitario, el cual señala como valor común la “eliminación de la opresión basada en género con un sistema social justo”.
De acuerdo con el profesor Solarte, las primeras características que sugieren empoderamiento psicológico bajo el marco del valor mencionado es la generación de una percepción de control personal, la aproximación proactiva hacia la vida y la comprensión crítica del ambiente sociopolítico por parte de las mujeres.
Por su parte, la profesora Caicedo resalta que el empoderamiento organizacional de la mujeres se evidencia en la toma de decisiones horizontal (entre mujeres y su líder), la flexibilidad de la estructura de la ONGD adaptada a la estructura interna de la organización comunitaria de base “Asociación Semilla de Mostaza”, las decisiones colectivas en la coordinación de acciones para los mecanismos de participación comunitaria y en la capacidad como grupo de aportar al incremento de las estrategias de los sujetos para solucionar sus problemas sociales o públicos.
El empoderamiento comunitario, se da según los investigadores por el reconocimiento, apropiación, y consistencia en su actuar bajo el lema “nosotras somos mujeres de base autónomas, capaces de alternar con pares y empoderadas políticamente”, con fuertes lazos de relaciones construidas entre la comunidad y la asociación comunitaria de base.
El proceso de empoderamiento se logra a partir de la acción y la movilización. La acción se motiva a partir de valores relacionados con teorías de liberación y género de la líder que son transmitidos a las mujeres. Con la acción, inician una homogenización de valores que convergen en la forma de concebir la intervención. Este proceso de empoderamiento individual-organizacional se va generando a partir de la acción pura y construye una estructura para la liberación del oprimido (la mujer), que cambia en el tiempo según las necesidades que van resultando de la identificación realizada por las mismas mujeres en su comunidad. De tal manera, se va conformando un mecanismo básico de uso de recursos de las mujeres y de la comunidad a la que pertenecen, y posteriormente normas consensuadas para sostenerse como organización y extender sus procesos de empoderamiento a otros integrantes de la zona intervenida. Lo relevante de este hallazgo es que insinúa el hecho de que la fortaleza del empoderamiento de las organizaciones tiene su origen en la forma cómo éste se genera.
Para los autores, el proceso de empoderamiento de la ONGD con la comunidad aporta al bienestar individual de la mujer en un entorno social amplio que incluye lo familiar y lo comunitario. Las mujeres transformaron sus formas de percibirse y de percibir su realidad a partir de compartir valores sobre la opresión al género y la violencia contra la mujer, eso les permitió obtener salud mental, fortalecerse en la ayuda mutua y en el tiempo constituir una comunidad que responde a problemas sociales como, la violencia contra la mujer, la violencia juvenil, la desnutrición, la negligencia, el analfabetismo, las poca generación de ingresos. “Ellas lograron empoderarse porque analizaron sus competencias en el rol de mujer, y, las debilidades frente a la fuerza para potenciar la identificación de las capacidades comunitarias e institucionales” concluyen.