Genial. En seis caracteres, así podría definirse la vida de la científica caleña egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad del Valle, Nubia Muñoz Calero. El único colombiano, hasta ahora, que ha sido postulado para un premio Nobel en medicina. Como científica.
Muñoz Calero está en Cali, su ciudad natal, y dictará este jueves, a las 9 a.m. en el auditorio Carlos Manzano del Hospital Universitario del Valle (HUV) su conferencia “Experiencias en Investigación en VPH y cáncer cervical”, tema por el que fue nominada al Nobel en 2008.
A las 2 de la tarde de este mismo jueves 4 de junio, la doctora Muñoz volverá a intervenir con la conferencia “Investigaciones con cáncer de esófago”.
Ambas conferencias las dictará en el marco del XXVI Congreso Estudiantil de Investigación Médica organizado por la Asociación Científica de Estudiantes de Medicina de la Universidad del Valle y la Asociación de Sociedades Científicas de Estudiantes de Medicina de Colombia.
La investigadora es médica patóloga epidemióloga de la Universidad del Valle, y desde hace más de un cuarto de siglo investiga sobre el cáncer de cuello uterino, mal que cada año mata a 250.000 mujeres en el mundo, 4.200 de ellas colombianas.
Actualmente, la doctora Muñoz vive en Lyon (Francia) y trabaja para la International Agency for Research on Cancer, de la OMS.
La Agencia de Noticias de la Universidad del Valle logró ubicarla y la entrevistó. En la entrevista revela detalles sobre su trabajo, el Nobel que le fue esquivo y su paso por el HUV y la Universidad del Valle, institución que llega a su aniversario 70 y en la cual aún trabajan sus mejores amigos.
¿Sobre qué investiga ahora?
Continúo trabajando en el tema del Virus del Papiloma Humano (VPH) en relación con el cáncer de cuello uterino, cáncer de vulva, vagina, pene, ano y cáncer de orofaríngeo. Con especial interés en los programas de vacunación contra el VPH para prevenir los cánceres mencionados anteriormente y en el uso del test de VPH como test primario en los programas de tamización.
¿Aún guarda la esperanza de obtener un Nobel o ya eso es historia?
Lo del Nobel pasó a la historia. Para mí el mejor reconocimiento de mi trabajo de investigación es saber que todo el conocimiento generado con mis investigaciones está siendo aplicado para la prevención del cáncer en el mundo.
¿Cómo recuerda hoy la Universidad del Valle? ¿Qué es lo que más recuerda?
Recuerdo la Facultad de Medicina y el Hospital Universitario donde transcurrieron años claves para mi formación. Y por supuesto, profesores memorables como Pelayo Correa, Bernardo Aguilera, Luis María Borrero, Antonio Colas, el Dr. Barreto, Vicente Rojo, Jorge Araujo…
¿Qué la llevó a estudiar el cáncer cervical?
El hecho de ser el cáncer más frecuente en las mujeres en los tiempos en que yo era estudiante de medicina y la hipótesis de ser causado por un agente sexualmente transmisible y potencialmente prevenible.
¿Qué cree incidió para que no le otorgaran el Nobel?
Lo del Nobel ya pasó a la historia; he recibido otros premios muy prestigiosos como el Canada Gairdner Global Health Award, el Charles Rodolphe Brupbacher Prize for Cancer Research de Suiza, el “IEA Sir Richard Doll Prize in Epidemiology” y la legión de Honor en Francia; en Colombia, La Cruz de Boyacá y el de Ciencias de la Fundación Alejandro Ángel Escobar de Colombia, pero como dije anteriormente el premio supremo ha sido ver la aplicación de mis investigaciones a la prevención del cáncer.
En este aniversario 70 de la Universidad del Valle, a cumplirse la semana entrante, ¿cuál es su mensaje para los jóvenes investigadores?
Mi principal mensaje sería: “El que quiere puede".
¿Qué se requiere para llegar a donde usted ha llegado?
Una gran motivación personal, además de curiosidad, dedicación y persistencia.
¿Cuál es su relación hoy con la Universidad? ¿Está vinculada a alguna investigación?
No oficialmente, pero sigo en contacto con varios colegas con los que he colaborado en varios proyectos de investigación: Luis Tafur, Fabián Méndez, Luis Eduardo Bravo y Julio César Reina, entre otros.