Universidad y Región

“Colombia, con mega-necesidad de atención psicosocial”

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Lunes, 11 Mayo 2015
Agencia de Noticias Univalle

A diario, las noticias nos cuentan hechos atroces a lo largo y ancho del territorio nacional. Paralelo a que somos la nación más feliz del mundo, o una de las más felices, los noticiarios dan cuenta de mujeres que han sido rociadas con ácido en la cara, de otras a las que han intentado violarlas en el transporte público, de hinchas al fútbol asesinados por llevar la camiseta del equipo contrario, de gobernantes educados en las mejores universidades del país y del exterior implicados en carruseles millonarios de la contratación. 

A las víctimas de esa orgía de sangre, corrupción e intolerancia, habría que agregar las que genera la delincuencia común y el conflicto armado, no sin preguntarse: ¿qué está pasando en las mentes de los habitantes del país más feliz del mundo? Las respuestas a este cuestionamiento podrían venir de muchas esquinas. 

En Cali, más exactamente en el campus de la Universidad del Valle, se congregaron entre el miércoles y viernes de la semana pasada, más de un centenar de trabajadores sociales de 25 universidades públicas y privadas del país, la mayoría de ellos estudiantes con vínculos en la investigación formativa.  Lo hicieron en el marco del III Encuentro Nacional Sobre Formación Investigativa en Trabajo Social.

El cierre del evento estuvo a cargo de la Trabajadora Social de la Universidad Nacional de Colombia y miembro del Consejo Nacional para la Educación en Trabajo Social (Conets), Luisa Paola Sanabria. ¿Su conferencia? “El lugar de la investigación en políticas públicas”. Al final de su conversatorio la Agencia de Noticias de Univalle la abordó para interrogarla sobre el ejercicio del trabajo social en el postconflicto.

¿Cómo ha afectado el conflicto armado las labores de campo de los trabajadores sociales?

El conflicto armado ha colocado al trabajador social a desempeñar nuevos roles, a enfrentar retos en términos de configurar una política pública, a trabajar con comunidades fuertemente afectadas en términos psicosociales y económicos; en muchas academias se ha incluido el tema de las víctimas del desplazamiento forzado como tema a tratar porque es uno de los fuertes de política pública, no solo ahora, sino en los próximos 30 años en términos de postconflicto y paz.

Desde el trabajo social, ¿cuál es el diagnóstico de la sociedad colombiana en el marco del conflicto armado?

Al momento la unidad de víctimas tiene registrados 7,5 millones de víctimas por el conflicto armado en el país. Una ciudad como Bogotá, completa. El conflicto armado en términos de trabajo social no es cualquier problema sino un mega-problema. Las personas que no han sido víctimas directas del conflicto al menos han presenciado escenarios del conflicto.

¿Cómo está la población colombiana?

Con unas necesidades gigantes de atención psicosocial. Hay una asistencia humanitaria insuficiente; se requieren medidas de estabilización para que las personas puedan regresar a sus territorios y reconstruir sus vidas. Es tema de largo aliento.

¿Cómo una sociedad con unas necesidades psicosociales tan apremiantes puede ser una de las más felices del mundo?

Lo que pasa es que el colombiano olvida la noticia de ayer porque ese es su modo de supervivencia mental. Tú le preguntas a un colombiano que pasó hace 20 años, él prefiere no recordarlo por salud mental. Ahora, el ejercicio que tenemos que hacer en Colombia es la recuperación de la memoria histórica, recordar las cosas que han pasado para no repetirlas; es necesario para reivindicar los derechos de las víctimas. Pero el colombiano tiene una capacidad de resiliencia sin la cual no podría vivir.

Usted habló de políticas públicas e investigación ¿Sí hay una política pública en el país hacia la investigación en el campo social?

Yo creo que estamos avanzando. Tengo la fortuna de conocer a muchos trabajadores sociales que laboran en instituciones públicas y que incorporan la investigación en su quehacer diario. Frente a las políticas públicas sobre investigación en lo social escenarios como este nos permiten reflexionar sobre el ejercicio de la investigación e ir un poco más a la vanguardia. Aunque hay más inversión en investigación científica, la formulación de toda política pública requiere un diagnostico inicial en la que el Estado necesita meterse la mano al bolsillo. Y muchas de las universidades aportan su grano de arena precisamente a este tipo de diagnósticos.

El gobierno negocia la paz en La Habana ¿Cómo se ven ustedes los trabajadores sociales en el post conflicto?

Con mucho trabajo. Lo que encontramos a diario es una sociedad muy fracturada, comunidades enteras que no quieren recepcionar a personas desplazadas de regreso ahora a sus territorios. Creo que en el postconflicto el trabajo social no solo será con los 7,5 millones de desplazados del país, víctimas directas del conflicto, sino con la población en general. El tema de la reconciliación en el postconflicto implica un trabajo con todos los colombianos. Las cuatro últimas generaciones crecimos en un país en conflicto.

Va ser algo traumático ese trabajo?

Si, va ser traumático, de largo aliento.

¿Y se han replanteado el trabajo que habrá que hacerse desde las facultades?

De hecho, una de las cosas que se están haciendo en las escuelas de trabajo social es incorporar nuevamente el componente rural porque estamos hablando del retorno de una gran cantidad de población a sus comunidades rurales.  La tendencia fue meternos en el tema urbano porque las personas estaban acá, pero en el post conflicto es nuevamente la visión de ruralidad, de cómo podemos ayudar a reconstruir esas comunidades. Creo que las escuelas de Trabajo Social están haciendo un esfuerzo grande en términos de replantearse estos temas.

¿Cuál es la gran conclusión de este II Encuentro Nacional?

Para mí, el reto de incorporar la investigación a todos los campos del Trabajo Social: la familia, la comunidad, las políticas públicas; determinar los grandes temas de investigación y hacer que el Trabajo Social pueda aportarle al país desde otras posturas éticas y epistemológicas.

En este análisis de sociedad que han hecho ustedes respecto al conflicto armado, ¿quiénes están más rotos, más afectados?

Las mujeres. Hay mucha víctima por violencia sexual por parte de los grupos armados, tema que apenas está saliendo a la luz. Era un modo como actuaban los paramilitares en el norte del país. Creo que las mujeres fueron las más afectadas. De hecho, son el 60% del las víctimas de la violencia en Colombia: viudas, violadas. Creo que esa reconstrucción del ser mujer es mucho más compleja por la cultura patriarcal de este país. Y allí estamos con el Trabajo Social.

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