Ante un panorama de posconflicto, posible cese de la guerra con las FARC y la aprobación de un plebiscito para decidir si se apoya o no el acuerdo final que se firmará en La Habana, debemos informarnos y conocer el papel que asume la universidad como agente clave en la formación, debate y construcción de una pedagogía por la paz.
Héctor Alonso Moreno, profesor del Programa de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos y Doctor (Ph.D) en Realidad Política Latinoamericana, ha participado en los procesos asumidos por la universidad desde la reinserción a los excombatientes del M19 y la formación sobre la Constitución del 91, ahora nos narra qué debemos saber sobre el momento actual que vive el posconflicto.
En Colombia nunca hemos sido convocados a nada diferente a la confrontación armada, por eso es muy importante que por primera vez, en Colombia, nos convoquen a construir y refrendar la posibilidad de un proceso de paz a través de un plebiscito que es ante todo un mecanismo de participación ciudadana y en ese sentido es un derecho humano fundamental. Tiene como propósito que la ciudadanía decida si está o no de acuerdo con lo pactado en La Habana. En este sentido, no tiene posibilidades de campaña por voto en blanco o por la abstención.
Es muy importante que como mecanismo de participación incluya a todos los ciudadanos, aunque no estemos escritos en el censo electoral. Pueden participar todos los funcionarios públicos, sin posibilidad de sanción por participar en proceso político. Porque el plebiscito no es un acto político, es un acto de participación ciudadana.
Para ser aprobado, el plebiscito debe contar con 4.5 millones de votos, que equivale al 13% del censo electoral. Es necesario que el plebiscito sea votado mayoritariamente porque es un momento muy importante en la historia colombiana. Significa dejar atrás la violencia, el pasado de terror, de confrontación armada, entre el Estado y grupos insurgentes; y la posibilidad de crear una nueva sociedad donde no dirimamos los conflictos a partir de la confrontación armada, es decir, una sociedad en donde se haga la política sin armas.
En Colombia no es la primera vez que hacemos un proceso de paz, la historia de Colombia no es la historia de la violencia sino también la historia de la paz en plural. Pero este plebiscito tiene dos cosas muy importantes que no han tenidos los anteriores procesos de paz: por primera vez son tenidas en cuenta las víctimas y por primera vez se convoca al pueblo a refrendar lo pactado. Eso no sucedió por ejemplo en la coalición que creó el Frente Nacional, ni tampoco ocurrió con la desmovilización del M19, que contribuyó a un ambiente social favorable para la Constitución del 1991.
¿Se ha refrendado en otra parte del mundo procesos de paz? La respuesta es sí, con resultados algunas veces importantes y otras veces negativos. Por ejemplo, hace más de 25 años se puso en consideración los acuerdos entre el Gobierno de Guatemala y las fuerzas guerrilleras agrupadas en la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca - URNG, y ese referendo lo perdió la guerrilla y el gobierno, se votó negativamente. ¿Y qué pasa si se pierde? Pese a que se haya votado no, el proceso en Guatemala continuo y finalmente en 1996 se firmó un Acuerdo de Paz Firme y Duradera. Esta es la voluntad que ha expresado las FARC en Colombia, que si se pierde las elecciones, es decir si se vota no, que ellos están de acuerdo en no regresar al monte. Y esa es una voluntad política. Si la ciudadanía no aprueba, el gobierno puede presentar proyectos de acto legislativo y presentar el proyecto de paz para continuar por otras vías jurídicas.
También podemos mencionar el referendo de aprobación para poner fin al Conflicto de Irlanda del Norte en 1998 con los grupos terroristas de Irlanda del Norte, denominados como Ejército Republicano Irlandés – IRA. Y el régimen racista denominado Apartheid y liderado por una minoría blanca en Sudáfrica, que fue superado mediante negociación política y acuerdos que llevaron a una Asamblea Nacional Constituyente y unas nuevas elecciones presidenciales en 1994, donde la población negra ejerció su derecho al sufragio por vez primera en la historia del país, gozando de plena igualdad de condiciones y donde resultó amplio vencedor el líder Nelson Mandela.
La Universidad del Valle ha tenido y tiene un papel fundamental en los procesos de paz. Nuestra institución tiene una gran tradición en los posconflictos en Colombia. Importantes profesores realizaron un diagnóstico sobre la violencia en Colombia durante el proceso de paz liderado por el presidente Belisario Betancur. En los años 90 un grupo de profesores también adelantamos un proceso de reinserción con el M19, fundamos el programa de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos, y participé en su fundación y logramos graduar más de 64 comandantes de la guerrilla del M 19, como politólogos. También hicimos unos proyectos muy grandes en intervención sobre cultura y pedagogía de paz. De igual manera, la universidad fue protagonista en el proceso de afianzamiento de la pedagogía de la Constitución del 91. Junto a un grupo de profesores nos dieron la tarea de llevar por distintas zonas del suroccidente colombiano el mensaje de la nueva constitución.
Por esta historia tenemos una gran importancia en el posconflicto. Lo mismo vamos a hacer ahora, con el actual rector Edgar Varela Barrios, vamos adelantar procesos en tres niveles: formación de pregrado con algunos miembros de la guerrilla; proceso de capacitación sobre el proceso de paz; y procesos de intervención en las comunidades.
Héctor Alonso Moreno es profesor del Programa de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos, del Instituto de Educación y Pedagogía -IEP de la Universidad del Valle, e investigador sobre temas de pluralismo jurídico y multiculturalidad. Es historiador de la Universidad de Caldas, Especialista en Derecho Constitucional de la Universidad Libre, Especialista en Paz y Tratamiento de los Conflictos de la Universidad de Granada España, Magíster en Estudios Políticos de la Universidad Javeriana y Doctor (Ph.D) en Realidad Política Latinoamericana de la Universidad Nacional de España.