La importancia de contar con investigadores en la industria colombiana
En Colombia solemos llamar doctor, de manera coloquial, a los médicos, abogados, políticos o cualquier persona que desempeñe un cargo importante en alguna institución pública o privada; y aunque el lenguaje termina legitimando el uso de los términos, un doctor es alguien que ha hecho una investigación propia y original (tesis doctoral) y ha obtenido con ella el grado universitario más alto, titulándose como doctor/a.
Un doctor (Ph.D) es alguien con capacidad de realizar investigaciones de manera independiente, adelantar proyectos de innovación y desarrollo, ejercer la docencia, asesorar y dirigir estudiantes de maestría y doctorado.
Durante su carrera, los doctores adelantan un ciclo de formación y uno de investigación, desarrollando nuevas capacidades para el avance de sus investigaciones. Ambas etapas le posibilitan alcanzar las competencias necesarias para crear y descubrir nuevos procesos, especies o materiales para la ciencia o disciplina, convirtiéndose así en generadores de conocimiento para su respectivo país y campo de investigación.
Industria y Universidad
Por muchos años Colombia ha tenido déficit de doctores. A la fecha, el Plan Decenal de Educación 2006-2016 y el apoyo de Colciencias, han permitido que el número de doctores aumente de forma importante. A su turno, la industria colombiana debe mejorar la inversión en investigación para aprovechar el creciente número de doctores que pretende tener el país (3.600 en el 2019, según Colciencias),de forma paulatina algunas empresas reconocen la importancia de hacer investigación y desarrollo.
“A pesar del esfuerzo realizado por algunas industrias, en general la industria en Colombia no ha evolucionado en ese sentido, no hace investigación. Cuando necesitan solucionar un problema particular llaman a un experto de otro país; eso les cuesta menos que tener un doctor de planta y arreglan el problema, pero no están desarrollando innovación”, comenta Efraín Solarte Rodríguez, docente del Departamento de Física de la Universidad del Valle.
La falta de trabajo mancomunado entre la industria y las universidades que trace líneas de investigación académicas que a su vez respondan a las necesidades específicas de las empresas, tiene una relación directa con el bajo número de doctores vinculados en las empresas.
José Nayith Botín, Químico de la Universidad del Valle y director de Investigación y Desarrollo de ANDERCOL para América Latina, manifiesta que en el sector de la química existe una carencia de profesionales con formación doctoral que tengan experiencia o realicen investigación en las áreas de interés de las compañías, lo que hace que se limite en forma significativa la vinculación de personal altamente especializado y se busque en el exterior a los profesionales con el conocimiento específico requerido.
En ese sentido, la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad del Valle ofrece al sector industrial la oportunidad de vincularse a través de proyectos de investigación para ayudarles a resolver sus necesidades en materia de desarrollo de productos y tecnologías, y aportar nuevo conocimiento, actividad que a su vez les permite a las empresas entender la importancia de contar con personal de planta altamente calificado.
“Algunas industrias se acercan a nuestra universidad con problemas para resolver, pero como somos una institución pública, a veces piensan que todo lo que hacemos es pagado por el Estado y eso es sólo parcialmente cierto. Hay costos adicionales en reactivos, equipos y tiempo que deben cubrirse; al no entender cabalmente esta realidad, la industria se aleja de la Universidad. Lo cierto es que hacer una investigación, especialmente aplicada a problemas específicos, es costoso” confirma Solarte, quien además es miembro del Centro de Investigación e Innovación en Bioinformática y Fotónica - CIBioFi. En el Centro tenemos acuerdos con varias empresas que se han asociado con nosotros para hacer investigación, es una de las formas en que la universidad y la industria se unen”.