Universidad y Región

El HUV, en franca recuperación

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Miércoles, 03 Junio 2015
Agencia de Noticias Univalle

Asediado por deudas y al borde del cierre, uno de los centros médicos más importantes del país recupera su salud financiera. Campus habló con el gestor del milagro, Jaime Rubiano Vinueza.

Por Dennis Rubio Velasco para el Periódico Campus

Desde que la administración del HUV se entregó a la Universidad del Valle, en cabeza del profesor Jaime Ramón Rubiano Vinueza, el centro hospitalario parece haber superado la situación de riesgo intermedio. De hecho, y según su director, tras la amenaza de cierre en 2012, el HUV recuperó la salud financiera gracias a un plan de saneamiento fiscal.

Rubiano Vinueza confiesa: "Lo más importante que ha sucedido en el Departamento en los últimos años es que el gobernador, Ubeimar Delgado Blandón, haya devuelto el Hospital Departamental a la Universidad del Valle”.

“Cuando recibimos el Hospital –aclara- su situación era compleja, estaba al borde del cierre y de la intervención de la Superintendencia de Salud, ahogado en deudas de más de 100 mil millones de pesos, retrasos de meses en nóminas y no era un Hospital Universitario ni de alta complejidad”.

Para Rubiano, la misión del Hospital es doble: atender a la población más pobre del suroccidente colombiano con la más alta tecnología y educar a los estudiantes más necesitados en pregrado y posgrado.

“Hoy tenemos una misión social y académica que estamos cumpliendo”, señala. Y es que, como muchos, Rubiano cree que el HUV sólo tenía de universitario el nombre, pues carecía de representación de la academia en su estructura orgánica por lo que “perdía muchas iniciativas de investigación y reconocimiento de la comunidad científica".

“Lo que hicimos fue agregar a las direcciones financiera, de salud y administrativa una dirección académica con una subdirección de investigación y otra de extensión, comandadas por profesores de la Universidad del Valle, para volver a ser la primera institución pública de salud del país”.

Precisa igualmente, que el Hospital tampoco era de Alta Complejidad: “la tecnología era obsoleta, los equipos no tenían precisión diagnóstica y los resultados de exámenes, la mayoría de ellos urgentes, demoraban mucho.”

“El Hospital carecía de tecnología avanzada”, sostiene, pues no contaba con cirugía laparoscópica ni resonancia magnética. “Las salas de cirugía eran del siglo pasado, y teníamos unos servicios de angiografía a medias, pues aunque contábamos con los equipos, no podíamos operarlos por el alto costo de los insumos”.

El riesgo intermedio en el que se encontraba el Hospital requería medidas urgentes; por eso, cuando se hizo la entrega, la Universidad, a través de su Facultad de Salud, adquirió el compromiso y la obligación social de diseñar un modelo administrativo que le permitiera  trascender las administraciones departamentales, y las del mismo Hospital, para evitar una nueva situación de crisis.

Así, Rubiano firmó un Plan de Saneamiento Fiscal y Financiero con el que se comprometió a salvar el Hospital en 4 años ¿Cómo? Disminuyendo costos y aumentando la productividad.

REMEDIO URGENTE

“Ante la crisis -comenta Rubiano- teníamos dos alternativas: cerrar el Hospital, ahogado en deudas y sin dinero para operar, o buscar alianzas estratégicas, como lo permite la ley, en áreas en las que  teníamos dificultad”.

“Sin las alianzas, el Hospital ya estaría cerrado”, revela. “Necesitábamos 40 mil millones de pesos para acceder a toda esa tecnología que nos faltaba con los proveedores, y no podíamos conseguirlos. El Hospital estaba quebrado y nadie le fiaba”.

El centro hospitalario padecía una obsolescencia tecnológica crónica que no lo hacía competitivo. Rubiano cuenta que “algo urgente se demoraba hasta 10 días y costaba mucho porque los proveedores cobran tarifas muy altas”.

Para explicar la situación, Rubiano narra un caso común: “llegaba un paciente grave al que debía hacérsele una resonancia magnética urgente. El Hospital no tenía ese ser

vicio. Tocaba pedir un turno que lo daban a la semana, llevarlo en ambulancia con un auxiliar, hacer fila, tomar el examen, traerlo de nuevo al Hospital y esperar 3 días a que llegaran los resultados”.

Para operar el resonador magnético, recuerda, “buscamos ofertas de varios proveedores que prestaran el servicio, asumiendo los costos de operación ellos mismos y girándonos a nosotros el 22% de las ganancias de todo el producido”.

En servicios como  resonancia, exámenes de cardiología, unidad de cirugía laparoscópica, farmacia y diálisis, las empresas prestadoras asumen los costos: “Prestan un servicio de alta calidad con los mejores equipos del país, y el Hospital, sin haber invertido un peso, gana 220 millones por cada mil facturados en el servicio”.

“Estas alianzas renovaron el Hospital tecnológicamente y van a aumentar su productividad y a cumplir con su misión de prestar una atención oportuna e inmediata”.
Con alianzas de este tipo, también se logró la facturación del SOAT. “Antes no atendíamos pacientes del SOAT porque requerían muchos insumos de manera oportuna. Ahora el Hospital está preparado para atender cualquier urgencia. Hace 3 años facturábamos 150 millones mensuales por SOAT, hoy son 1.500 millones”.

SIGNOS DE RECUPERACIÓN

Aunque la situación ha mejorado, la cosa no está para saltar en un pie: las deudas del Hospital son del orden de los 100 mil millones de pesos. EPS intervenidas y cerradas como Selva Salud y Calisalud, entre otras, le adeudan 80.000 millones y el Fosyga 9.000 millones.

“El Hospital factura unos 15.700 millones de pesos al mes, pero a veces solo recibimos la mitad de los pagos”, cuenta el director del centro hospitalario, quien afirma que el HUV sigue en déficit presupuestal, en parte, porque los dineros de la Nación y de la Estampilla Pro-Hospital llegan “en cuotas” y cada tres o cuatro meses.
Rubiano cuenta, sin embargo, que su administración hace esfuerzos titánicos para sacar al HUV adelante. “Hemos implementado medidas urgentes contra la piratería de recursos, las nóminas paralelas que nos desangran, la pérdida de medicamentos, la sobrefacturación de alimentos y las dobles facturaciones. Además, hemos implementado la reducción de costos administrativos y la digitalización de historias clínicas con el objetivo de mantenerlo abierto, operando y competitivo”.

“Mejoramos aumentando la productividad”, sostiene. Y eso sólo se optimiza con las nuevas tecnologías adquiridas a través de las alianzas estratégicas y la inversión en infraestructura: “En esta administración hemos invertido más 20.000 millones de pesos en unidades nuevas de cuidados intensivos, ginecología, parto, oncología, urgencias y pediatría. Ahora estamos en una situación que más o menos nos permite mantener el hospital abierto y funcionando al 100%”.

En la actualidad, el HUV atiende 14.000 consultas al mes, se realizan 2.500 cirugías y su infraestructura de urgencias consta de 700 camas. Dos de sus grandes fortalezas están en oncología y en trauma.

El hospital cuenta con el más moderno Acelerador Lineal de alta energía a nivel mundial. Este sofisticado equipo combina un gran número de tecnologías y sistemas en la aplicación de tratamientos en Radioterapia moderna para tratamientos de cáncer y neuroquirúrgicos.
Aunque el 95% de los atendidos por el hospital es gente pobre, a este tratamiento llegan pacientes privados y/o con medicina prepagada. Así mismo, como esta área de tecnología no la tiene sino el HUV, a ella acuden médicos residentes de otros hospitales.

En tan solo 2 años, el Hospital logró superar su estado crítico y se espera que en cuatro esté recuperado totalmente. Hoy el HUV está pasando de riesgo medio a riesgo bajo, según las mediciones hechas por la Superintendencia de Salud.

“Con el Plan de Saneamiento Fiscal me comprometí a salvar el HUV en 4 años, ya vamos en 2 y medio y mire los resultados”, afirma Rubiano. “Esperamos este año lograr la acreditación en Salud del Icontec, en la cual estamos trabajando fuertemente para poder decir en 2016 que el HUV se encuentra fuera de peligro”.

“Lograr la Acreditación es llegar al grado máximo de calidad en atención”, sostiene, pues confía en que eso le daría mayor visibilidad al Hospital, generaría más confianza de la gente y mayor reconocimiento en la comunidad. Actualmente, sólo hay tres hospitales públicos con acreditación: General de Medellín, Nazareth ESE de Bogotá y Universitario Departamental de Nariño.

Finalmente, Rubiano dice que en la recuperación del HUV están comprometidos el Gobernador, el Rector de la Universidad del Valle y el decano de la Facultad de Salud, entre otros.

“No vamos a defraudar a los vallecaucanos. Esta no es una carrera de 100 metros, es una maratón que vamos corriendo sin prisa, pero sin pausa. Estamos sacando de la crisis a una de la más importantes casas de salud del país y la región”.

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