El papel del maestro tanto en la escolaridad como fuera de ella es cada más un reto. Aunque se buscan oportunidades para mejorar la enseñanza, a la vez surgen miles de obstáculos y se necesitan crear estrategias para que este ejercicio poco a poco vaya logrando la transformación de la sociedad.
La VII Semana Maestra, que se está llevando a cabo en la Universidad del Valle del 11 al 15 de mayo del 2015, es un perfecto escenario para reflexionar sobre los retos de la enseñanza en un mundo cambiante, según palabras de la profesora Ana María Sanabria, de la Dirección de Autoevaluación y Calidad Académica de la Universidad del Valle, durante la inauguración del evento.
Los siete años de Semana Maestra han ido corriendo con la celeridad del siglo 21 y con la mediación científico-tecnológica que ha cambiado sustancialmente el mundo; entre el 2009 y el 2015 este encuentro se ha mantenido y fortalecido. En el 2013 se dijo “si el mundo cambia, el maestro también debe cambiar” y en el 2014 se anunciaba el cambio “de la enseñanza de las disciplinas a la transversalidad de la formación”.
Las constantes transformaciones del mundo contemporáneo permean la labor de la enseñanza y preocupan a los maestros: “ahora vivimos tensiones entre conocimientos y saberes, avances y retrocesos en la ley general de educación y de las políticas públicas que se debaten entre la educación como un derecho fundamental y la educación como un servicio público casi dejado a las leyes del mercado, el contexto con sus procesos de paz y posconflicto, los maestros preocupados por su quehacer en un mundo convulsionado, cambiante e incierto. Otros están abrumados por esas otras realidades que siempre han estado al margen de la cultura, otras lógicas u otros actores; todo eso es esta semana, la celebración de la posibilidad de seguirnos encontrando para pensarnos recrearnos y producirnos como intelectuales y trabajadores de la cultura que somos.”, dijo la profesora del Instituto de Educación y Pedagogía Estela Valencia.
Ser maestro hoy
Con la conferencia inaugural de la Semana Maestra inició la reflexión sobre las transformaciones que enfrenta la sociedad y la escuela así como los desafíos de los profesionales de la educación, quienes deben estar comprometidos diariamente con la transformación social.
Alfonso Tamayo, doctor (Ph.D.) en filosofía de la Universidad Javeriana, habló de cómo se ha configurado la profesión docente a lo largo de la historia.
Según Tamayo, sobre el maestro se han hecho muchas definiciones y sobre la tarea del maestro ha habido miradas problemáticas y generalmente muy poco serias.
Tamayo hizo un recuento de las definiciones de maestro y las responsabilidades que se le han atribuido hasta llegar al contexto actual en el que la globalización y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación parecen reinventar todos los conceptos existentes sobre la educación. “No es una época de cambio, estamos en un real cambio de época”.
“La labor del maestro se volvió más compleja; lo que antes era transmitir un contenido de una manera autoritaria y evaluar o cumplir un objetivo predeterminado por una línea conductista, que garantizara que hubo un proceso de enseñanza - aprendizaje, hoy se volvió un escenario de negociación en el que el maestro debe decidir lo que le puede decir a los estudiantes, porque hay muchos abordajes para enseñar”.
Para el profesor Tamayo, el papel esencial del maestro hoy en día, con la globalización y las nuevas tecnologías de información y la comunicación, es contribuir a la construcción de una ética civil:
“El problema más grave de este país y el dilema que tenemos los maestros es cómo hacer para recuperar una educación que por lo menos nos permita entender que tenemos que regularnos socialmente como ciudadanos. Mínimo, que no nos matemos, que seamos respetuosos del otro, que podamos vivir en la diferencia.”
La cultura del maestro
Para Tamayo, la construcción de una ética civil necesita la asimilación de una cultura propia de un maestro: la cultura académica
En esta cultura el maestro reconoce por lo menos cuatro rasgos: privilegia la lectura y la escritura, fomenta la teoría y la práctica, le apuesta a la argumentación y maneja unos códigos especializados.
Esta cultura debe ser asimilada por todos, de cara a los desafíos del mundo globalizado, para que los maestros tengan un lenguaje propio “y abrir el mundo desde esos lenguajes, reconocer los lenguajes del otro, exigir que todos sean serios en su lenguaje, rigurosos en sus proyectos; que argumenten con solvencia, porque a la larga, aprender es transformar”.
La VII Semana Maestra continuará hasta el viernes 15 de mayo de 2015. Vea la programación.
Informes:
Oficina de Extensión IEP
321 2334