Martha Jiménez Carrillo, residente de tercer año (R3) de medicina comunitaria en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, expresó su opinión sobre la experiencia de su pasantía en la Escuela de Medicina de Univalle. “La idea de venir surgió en el Congreso de Wonca sobre medicina familiar en Uruguay donde intercambiamos ideas con jóvenes residentes y médicos de familia y conocimos sobre condiciones laborales de los residentes en diferentes sitios de Iberoamérica. Me sorprendió el enfoque diferente que hay en Colombia y que la medicina de familia sea un posgrado. En España terminas la carrera, te presentas a una oposición que se llama el MIR –aplicado para acceder a especialidades- y dependiendo de la nota que saques puedes elegir una especialidad u otra en un sitio u otro. Allá no hay médicos generales, para ejercer de médico tienes que hacer los cuatro o cinco años de especialidad”, comenta la médica española.
Explica que en España se estudia seis años, luego se realiza un año de preparación del MIR y luego los cuatro años de especialización. La otra gran diferencia con Colombia, según la médica Jiménez es que España tiene uno de los mejores sistemas sanitarios en cuanto a cobertura universal (séptimo según la OMS). La atención primaria que se aplica desde los años ochenta permite el cubrimiento universal en todo el territorio español con atención en centros de salud por parte de médicos de familia que permiten que toda la población tenga accesibilidad a los médicos con la longitudinalidad de su ciclo vital y con una enfermera de apoyo al médico.
Para Martha Jiménez, el sistema de salud colombiano es fragmentado, no centrado en el paciente. “La mercantilización dificulta mucho la longitudinalidad a nivel de la salud pública. La longitudinalidad es el seguimiento a lo largo de la vida que es una de las características propias del médico de familia. El hace seguimiento al paciente, sabe qué familia tiene. Aquí el sistema de salud impide que el médico pueda realizar el seguimiento al paciente”.
Resalta cómo en Colombia hay una “intervención preciosa y superamplia en la medicina familiar”, pero el paciente en cuestión de días cambia de trabajo y muy probablemente de EPS y ya no le vuelve a ver el médico que le venía tratando.
“A lo mejor el médico general le ha formulado algo y tampoco le vuelve a ver. La continuidad es uno de los grandes pilares de la atención primaria, también la accesibilidad y la longitudinalidad. Eso me da mucha pena en realidad porque aquí se está formando muy bien a los médicos de familia pero el sistema le impide trabajar como se debe” señala.
Dice que la información del personal de salud en Univalle es muy humanista. “Las ciencias sociales, la antropología y la sociología… eso se ve acá y me gusta”. En España si bien tenemos una atención primaria muy fuerte, ahora mismo nuestra formación está siendo demasiado dirigida a lo estrictamente clínico: tú eres una astralgia y no eres José a quien acaban de echar del trabajo y tiene tres hijos. Acá hay una visión más integral de la persona en sí y eso hace que la formación sea exquisita.
En relación con el mes de pasantía realizado en Univalle destaca: “Estoy asistiendo a un montón de clases con los estudiantes y los residentes y es muy interesante. En Colombia de alguna manera se “está tirando la casa por la ventana”. He conocido médicos formados en distintas universidades del país, la formación es muy buena, los médicos tienen trabajo pero se quejan de que no pueden hacer seguimiento al paciente. El país requiere que se le garantice a la gente la atención primaria con cobertura a toda la población”.