Autodidacta- Empresario innovador
Por:
LUIS AURELIO ORDOÑEZ B.
Profesor Titular
Facultad de ciencias de la Administración
Universidad del Valle
El jueves 21 de abril, en el Auditorio Diego Delgadillo de la Facultad de Ciencias de la Administración, se realizó un Conversatorio sobre el Libro: Manuel Carvajal Sinisterra, una vida dedicada a generar progreso con equidad, escrito por Julio Cesar Londoño, para la conmemoración del centenario de su nacimiento.
El Conversatorio contó con la participación de su hermano Alfredo Carvajal, Presidente del Consejo Directivo de la Fundación Carvajal , el escritor Julio Cesar Londoño, el Profesor emérito de la Universidad de los Andes, Carlos Aurelio Dávila, el Presidente corporativo de Carvajal, Bernardo Quintero y el Profesor Titular de la Universidad del Valle, Luis Aurelio Ordóñez, quienes hicieron alusión a diversos aspectos de la vida del empresario, de la empresa Carvajal, de la Fundación Carvajal y del Libro, con expresiones tales como: “fue un adelantado a su tiempo, sencillo y buen escucha; típico empresario en el sentido de J. Shumpeter; gestor de la organización de Carvajal, como empresa moderna, en el sentido de A. Chandler”.
Sobre el contenido del libro, vale resaltar que la Introducción está orientada a destacar al biografiado como un líder excepcional, autodidacta, agente innovador y promotor de la empresa familiar , hasta convertirla en una reconocida multinacional, creador de su fase filantrópica y promotor de importantes proyectos regionales y de la empresa más importante del país, Ecopetrol. En los capítulos siguientes, sin seguir estrictamente el esquema analítico que se utiliza en los estudios de historia empresarial, logra una relación coherente con el contexto de lo que estaba ocurriendo en el mundo, en Colombia y en Cali. La construcción de la trama narrativa sigue un orden consistente aludiendo al espíritu innovador del empresario, su pasión por leer, estudiar, analizar, viajar por el mundo. Podría agregarse que lo hacía desplegando un permanente "estado de alerta" identificando oportunidades y desarrollando su "sabiduría práctica" para tomar las decisiones que intuía y el tiempo demostró ser las adecuadas. Nada de "encogimiento provinciano", como en su momento sentenció Luis Ospina Vázquez, para referirse a la ausencia de vocación industrial de los caleños.
Como es sabido, la empresa Carvajal S.A., una de las más sobresalientes de la región y el país, líder en América Latina, con presencia en 16 países del mundo, fue fundada en 1904, en el marco de la aparatosa terminación de la guerra de los mil días, cuando Cali era un pequeño núcleo urbano. En el marco de un complejo agregado de factores externos e internos, desplegados en el tiempo, la aplicación de una cadena sistemática de innovaciones, le permitió aprovechar las incipientes redes mercantiles, durante las primeras décadas del siglo XX, sortear el duro impacto de la crisis económica de los años 30, que la puso al borde del cierre; salir airosa a cubrir el mercado nacional y, en los años sesenta, incursionar en otros países de la región, con renovado impulso a partir del boom literario latinoamericano, proyectándose al mercado internacional , hasta posicionarse exitosamente, demostrando ser competitiva en el mercado mundial.
Manuel Carvajal Sinisterra, nieto del fundador, a la temprana edad de 15 años, fue enviado a Bruselas, a terminar los estudios secundarios que había iniciado en el Colegio San Luis de Cali; pero, las dificultades financieras que afectaron severamente a la familia como resultado de los efectos de la crisis económica mundial, de los años treinta, lo obligaron a regresar a Cali, sin obtener el grado de bachiller, hecho que lo convirtió en un consagrado autodidacta. Trabajó en la empresa familiar, inicialmente como operario y en 1939 asumió la Presidencia, cargo en el que permaneció un poco más de treinta años, promoviendo una sistemática cadena de innovaciones y estrategias para que la empresa siguiera creciendo, abarcando el mercado interno, en un proceso de maduración que le permitió salir exitosamente al exterior.
El ensanchamiento del mercado interno fue aprovechado totalmente y, durante la posguerra, cuando se iniciaba la segunda fase de desarrollo industrial en Colombia y llegaba la inversión extranjera a la industria manufacturera colombina, con prioridad, al eje metropolitano Cali-Yumbo, se asoció con capital extranjero para la fundación de Cartón de Colombia como empresa mixta.
En la década de 1960 fomentó la incursión en el exterior, comenzando por Puerto Rico, con el objetivo de adelantarse a futuros competidores, aprovechando las ventajas competitivas de la región, las políticas públicas de estímulo a la ampliación de mercados en los países de América Latina y el boom literario de la época. Su curiosidad intelectual y la cercanía con Peter Drucker, se tradujeron, por una parte, en un claro entendimiento de la innovación como concepto y no como una simple transferencia tecnológica (diversas innovaciones, entre ellas, las de los cuadernos animados, lucen como una típica "imitación creativa") ; por otra parte, en advertir que la dinámica de crecimiento de la empresa, más allá del mercado interno, requería la organización por divisiones, rasgo distintivo de las empresas modernas, basadas en formación de una jerarquía integradora, según la teoría de Alfred Chandler.
Paralelamente se dedicaba a actividades cívicas y gremiales, como presidente de la filial caleña de la ANDI, promotor de la creación de la CVC y organizador de los VII juegos nacionales.
En 1950, el presidente de la República, Laureano Gómez, teniendo en cuenta su liderazgo empresarial y su papel en la ANDI, lo designó Ministro de Minas y Petróleos, cargo que aceptó, después de resolver dudas y consultarlo con sus familiares.
Como lo anota Diego Castrillón, una vez posesionado, con gran empeño se dedicó a estudiar las alternativas para la reversión de la Concesión de Mares. Buscó la asesoría de empresarios y de expertos - ingenieros, economistas y abogados- consultó revistas en varios idiomas indagando sobre experiencias en la fundación de empresas en otros países para aprovechar las enseñanzas de lo que allá se hubiera hecho y, finalmente, concluyó que la alternativa de crear la Empresa Colombiana de Petróleos con carácter y capital netamente oficiales, era la más segura, oportuna y conveniente de las autorizadas por la Ley.
Julio Cesar Londoño, precisa las opciones contenidas en la ley, al destacar su papel “en la fundación de la empresa más importante del país, ECOPETROL, 1951, como resultado de elegir entre las tres opciones contempladas en la ley 165 de 1948, una empresa con participación de la nación y de capital privado extranjero a) capital mixto extranjero y nacional b) aportes de la Nación y capital privado nacional c) capital cien por ciento nacional.
El tema de la reversión se debatía con gran despliegue periodístico suscitando dos corrientes polarizadas alrededor de las políticas petroleras. Un grupo a favor de la prórroga, arguyendo la incapacidad e inexperiencia de los colombianos en el manejo de esta industria y, otro, partidario de que los colombianos asumieran el manejo y la explotación de sus recursos petroleros. Algunos columnistas, para favorecer la primera opción, divulgaron la idea de que la Concesión de Mares era un negocio agotado, de escasos rendimientos y difícil manejo.
Los trabajadores, por su parte, declararon la huelga general argumentando que, en aras de la defensa de los intereses de la nación, en materia de sus recursos naturales, debería producirse la nacionalización de la concesión. La huelga, organizada por la USO (Unión Sindical Obrera), en la que participaron trabajadores de otras compañías petroleras, duró 60 días y fue declarada legal por un juez del Trabajo.
Con base en un Decreto reglamentario de la Ley 165, el gobierno había conformado la Junta Promotora de la Empresa Colombiana de Petróleos, que adelantó contactos con los representantes del capital extranjero buscando su participación, pero la Tropical Oil Company y otras compañías extranjeras se negaron a invertir aduciendo, que la industria petrolera seguía la norma de no participar en sociedades de economía mixta con capital oficial.
Ante la negativa del capital extranjero, la Junta decidió iniciar gestiones para buscar la participación del capital privado nacional por intermedio de la ANDI. La acogida de los empresarios nacionales fue positiva, pero la escasa disponibilidad de capital y la incertidumbre sobre los riesgos asociados, no permitieron concretar esta alternativa.
Paralelamente, la misión del Banco Mundial que visitaba al país en esos momentos, sugirió la eliminación de los ministerios de Minas y Petróleos y de Comercio e Industria. El presidente de la República, las acogió, y procedió a crear el Ministerio de Fomento, nombrando a Manuel Carvajal en el nuevo cargo.
En dichas circunstancias, le correspondió al Ministro Carvajal la expedición del Decreto por el cual se creó la Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL, con el fin de explotar, administrar y manejar los campos petroleros, oleoductos, refinerías, estaciones de abastecimiento y todos los bienes muebles e inmuebles que revirtieran al Estado.
Al día siguiente, el Gobierno dio a conocer públicamente la determinación de fundar una empresa oficial petrolera colombiana, con recursos oficiales, que se encargaría de recibir la concesión de Mares el 25 de agosto de 1951.
En uno de los apartes del informe que presentó al presidente de la República en sesión del Consejo de Ministros, le expresó: “Deme usted vía libre y yo le garantizo que le organizo con recursos nacionales, tal vez con alguno que otro consultor extranjero una empresa de petróleos para Colombia. Es más, señor Presidente, el país debe liberarse de tanta dependencia como la que ha tenido a través de los años, sobre todo en materia de petróleos, de la técnica, de la capacidad y del capital americano”.
La administración de la empresa fue estructurada con un gerente general y una Junta Directiva. Se designó como primer gerente al ingeniero caleño Luis Emilio Sardi, especializado en petróleos en el King`s College, London University, de Escocia y con experiencia adquirida en la compañía inglesa Royal Dutch Shell en Rumania.
Actualmente, Ecopetrol es la empresa más importante del país. “Con una utilidad neta de 13.35 billones de pesos (2013), suple completamente la demanda interna de petróleo y sus principales derivados, exporta petróleo desde 1986, da empleo a más de 7.300 colombianos y ha evitado, en sus sesenta años largos de existencia, que decenas de miles de millones de dólares fueran a parar a las arcas multinacionales extranjeras”
A finales de la década 1950 y comienzos de la siguiente, a escala nacional, regional y local, se estaba viviendo una situación social compleja derivada, entre otros factores, de la penuria en el campo colombiano y la violencia política, factores que habían propiciado un acelerado desplazamiento de la población campesina a las grandes ciudades, que crecían desordenadamente, en medio de grandes cinturones de miseria. El caso de Cali, siendo uno de los polos del proceso de industrialización, era bien ilustrativo, dado el incremento exponencial de la población durante el período 1920-1960.
A principios de 1963, con el objetivo de analizar dichos problemas y buscar estrategias para acelerar el desarrollo económico y social de la región, un grupo de jóvenes, liderados por Reynaldo Scarpetta, quien se había graduado en el Instituto Tecnológico de Georgia (EE.UU.) comenzó a reunirse en el Club Colombia, los días martes en la noche. A las reuniones invitaban a reconocidos dirigentes y conferencistas nacionales y extranjeros de prestigio, entre ellos: Carlos Lleras Restrepo, Roderick O´Connor, Peter Drucker, para compartir el análisis de la situación y la búsqueda de alternativas para superar los problemas que frenaban el desarrollo regional. Como punto de partida, todos coincidían en que los nuevos conocimientos serían el factor más importante para superar las barreras al desarrollo.
En la Universidad del Valle, el Consejo Superior, acogió la idea de organizar un curso de Administración, al que incorporaron la cátedra de Peter Drucker y un ciclo de conferencias sobre la Administración de empresas a cargo de RoderikO´Connor. Con 36 participantes, en su mayoría altos ejecutivos, de las empresas más importantes de la región, dos exministros y otros más de talla nacional e internacional, comenzó el Programa “De Master´sdegree”. Uno de las participantes del grupo era Manuel Carvajal Sinisterra, quien no pudo obtener el título por no ser bachiller, ni ostentar título en pregrado.
En 1968, recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad del Valle, como reconocimiento a sus méritos intelectuales, cívicos y empresariales. Era un autodidacta culto y estudioso, como lo fueron en sus correspondientes dimensiones culturales Estanislao Zuleta y Enrique Buenaventura, quienes también lo obtuvieron posteriormente. No era un académico pero figura en la gestación de Fedesarrollo y dio muestras de ser un intelectual visionario cuando al recibir el título habló de la "sociedad del conocimiento", tendencia del mundo moderno a finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI.