Celebración 75 años

Por: Fabio Martínez
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La Universidad ha sido una institución con una clara vocación de servicio para la ciudad y región.

Se afirma que las revoluciones científicas son silenciosas y se realizan en los campos universitarios. Esta aseveración le cae como anillo al dedo a la Universidad del Valle, que en sus setenta y cinco años de vida ha logrado situarse entre los cuatro principales centros de educación superior del país.

Univalle, como se le llama popularmente, nació finalizando la Segunda Guerra y cuando el país se preparaba para vivir el proceso de industrialización, que tuvo su punto culminante en los años sesenta.

Personajes ilustres como Tulio Ramírez y Mario Carvajal fueron visionarios en la tarea de forjar un centro universitario para el suroccidente colombiano que permitiera apoyar científica, tecnológica y humanísticamente a Cali y el departamento.

La Universidad del Valle ha sido una institución con una clara vocación de servicio para la ciudad y la región.

Desde la creación del Sistema de Regionalización por parte del rector de la época, Harold Rizo, las nueve sedes que tiene repartidas de Buenaventura a Cartago han servido para que las ciudades intermedias se articulen al desarrollo del departamento.

Univalle cuenta hoy en día con 32.000 estudiantes provenientes en su mayoría de los estratos bajos de la población.

Su carácter de ser una institución pública le ha permitido centrarse en los sectores vulnerables del país para, de esta manera, contribuir a superar la brecha social, que aún se mantiene.

Los programas y las becas de ingreso para los estudiantes afros y las minorías étnicas la definen como una institución académica multiétnica y cultural.

En los últimos treinta años, nuestra institución ha dado un salto cualitativo importante para la ciudad y el país.

Este salto se inició con la ley 30 de 1992, que, impulsada por el rector Jaime Galarza, estableció que la educación superior es un servicio público y cultural inherente a la finalidad social del Estado.

Luego vino la administración del profesor Iván Ramos, que apoyó los procesos de acreditación y acompañó los procesos de infraestructura de las nueve sedes.

Hoy, la ‘alma mater’ está dirigida por Édgar Varela Barrios, doctor en administración en Montreal, filósofo y magíster en historia andina, quien tiene como objetivo avanzar en la internacionalización, la cobertura profesoral en Regionalización y el apoyo a institutos y centros de investigación como el Cinara, Prospectiva, Centro de Estudios de Género y el Centro Virtual Jorge Isaacs.

Entre los personajes ilustres de la universidad podemos mencionar a Mónica Muñoz, candidata al Premio Nobel 2008 por su descubrimiento del virus del papiloma humano; Enrique Buenaventura, dramaturgo y fundador del TEC; María Teresa Arizabaleta, fundadora de la Unión de Ciudadanas de Colombia; Rodrigo Guerrero, rector de la ‘alma mater’ y alcalde de Cali; Gustavo Álvarez Gardeazábal y Fernando Cruz Kronfly, escritores; Raúl Cuero, microbiólogo y asesor de la Nasa; Carmen López, folclorista y directora del Grupo de Danzas; Antonio Joaquín García, médico especializado en urooncología; Andrés Mompotes, subdirector de información de EL TIEMPO, y Amparo Urdinola, especialista en literatura inglesa.